Gobernadores regionales y sus reales competencias

Dr. Luis Martínez Cerna

Director Administración Pública UCEN

A días de asumir los nuevos gobernadores regionales, ya sabemos que iniciarán un mandato limitado en cuanto a competencias. La Contraloría General de la República lo ha recordado recientemente: quién debe presidir la Comisión de Evaluación Ambiental es el delegado presidencial.

Si bien no hay duda del dictamen de la Contraloría, lo central es cómo generamos legislaciones que, a poco andar, quedarán cortas en su accionar, por cierto, sin mencionar el cambiante contexto político que hoy clama con más fuerza por un proceso de descentralización real. Con todo, esto es claramente un error que los legisladores tendrán que resolver y que sin duda será materia de la discusión constitucional. Una transferencia de competencias bajo la dinámica del presidencialismo ya no se sostiene y se avanza, a paso firme y rápido, a una real transferencia de competencias hacia los gobiernos regionales y, por cierto, a empoderar la figura del Gobernador Regional.

Asumidos los gobernadores regionales, máximas autoridades democráticas en cada región, se encontrarán con la presencia del delegado presidencial, cargo pensado en una dinámica que ya no se sustenta y cuyas potestades probablemente estén en permanente conflicto en los meses venideros. Las regiones no pueden seguir esperando y no merecen eventuales conflictos innecesarios e inconducentes, que sólo podrían retrasar proyectos de interés en cada zona.

La importancia de la priorización de proyectos de inversión que se alinean con las respectivas estrategias de desarrollo regional, debe ser materia del Gobierno Regional en su conjunto como reflejo de la voluntad de su comunidad. Esto es parte medular de ciertas competencias, que por muy obvias que parezcan y que deberían radicar plenamente en los gobiernos regionales, pueden entrar en conflictos con la figura y competencias del delegado presidencial.

El llamado a repensar rápidamente en cómo abordar este tema es urgente. Los nuevos gobernadores regionales serán los encargados de liderar, desde cada rincón del país, una real transferencia de competencias que les permita trabajar en beneficio de sus comunidades.